La osteocondritis disecante es una afectación idiopática de una zona de la unidad subcondral, formada por el cartílago articular y el hueso debajo del mismo (artículo). Uno de los mayores riesgos es la inestabilidad y desprendimiento del cartílago articular hacia el espacio intraarticular.
¿Cuál es el origen de la osteocondritis disecante?
A día de hoy, se desconoce la causa, existiendo factores biológicos (predisposición genética, déficit de centros de osificación, déficit de vitamina D…) y mecánicos (microtraumas repetitivos, alteraciones morfológicas…).
¿Cuál es el pronóstico de los pacientes?
Según la madurez ósea, tendrá un mejor o peor pronóstico. Cuando se trata de adultos con placas de crecimiento cerradas, al contrario que en jóvenes (placas abiertas), tiene un peor pronóstico (rara vez mejora sin cirugía).
Diagnóstico de la osteocondritis disecante
Para el diagnóstico, se precisa de radiografía (donde se ve además la progresión de la condición) o de resonancia magnética (RMN).
El síntoma típico de las personas con osteocondritis disecante es el dolor inespecífico relacionado con la carga, este además se puede acompañar de bloqueos e inflamación. Por tanto, podemos encontrar 3 presentaciones clínicas:
- Descubrimiento accidental sin síntomas.
- Dolor mecánico durante el deporte (más común)
- Dolor mecánico continuo con inflamación y bloqueo.
¿Qué tratamientos existen de la osteocondritis disecante?
En cuanto al tratamiento, la principal opción es la conservadora. El tratamiento quirúrgico se reserva a lesiones de peor pronóstico o cuando el conservador fracasa. Existen dos tipos de intervenciones quirúrgicas:
- Perforación artroscópica del hueso subcondral para promover la curación de la unidad subcondral (cartílago + hueso subcondral) por el aumento de flujo sanguíneo.
- Fijación del fragmento de hueso subcondral desprendido (esta opción se reserva para lesiones inestables con desprendimiento).
¿Qué tratamiento puede realizarse desde la fisioterapia?
En cuanto a la opción conservadora de tratamiento, en la siguiente revisión de 2019 se evaluó la evidencia existente para el tratamiento conservador de fisioterapia. No se reportó ningún ensayo clínico de calidad, solamente encontraron reportes y series de casos.
Como conclusión de la revisión, se vio que el tratamiento conservador puede aportar resultados favorables. Los autores recomendaban la modulación de los niveles de actividad (sobretodo en el deporte, saltos, ni acciones de alta carga), teniendo en cuenta la tolerancia a dichas actividades y la aparición de los síntomas. Además, se aconseja un programa de fortalecimiento progresivo de cuádriceps y miembro inferior.
Por otro lado, comentar que existen otras modalidades de tratamiento como eliminar el apoyo, la inmovilización o la electroterapia, que no mostraron la misma tasa de casos exitosos que la restricción y el trabajo de fuerza.
Conclusiones
La primera línea de tratamiento será el tratamiento conservador involucrando el entrenamiento de fuerza de cuádriceps y miembro inferior y la restricción de los niveles de actividad. La vuelta a la actividad se haría de forma progresiva y con seguimiento por prueba de imagen para evaluar la progresión de la osteocondritis disecante.
Por otra parte, en caso de persistencia de los síntomas o empeoramiento de los mismos, se evaluaría la posibilidad de abordaje quirúrgico (recomendándole 6 meses de tratamiento conservador, siendo este mayor en casos de buen pronóstico y menor en casos de mal pronóstico).
Merece la pena destacar que como hemos señalado previamente, la ausencia de estudios de alta calidad metodológica, nos impide conocer por estudios de superioridad terapéutica cuál es la modalidad de tratamiento conservador más efectiva. Esto nos lleva a que la concepción que tenemos en la actualidad sobre la osteocondritis disecante pueda cambiar en los próximos años con la publicación de estudios de alta calidad metodológica.