La ecografía músculoesquelética es una herramienta muy empleada en fisioterapia para el diagnóstico o valoración del paciente. Sin embargo, no siempre los hallazgos de imagen que observamos sugerentes de patología están relacionados con los síntomas del paciente. Esta situación es mucho más común de lo que se puede llegar a pensar y puede llevarnos a tomar decisiones erróneas (tratamientos innecesarios). ¿Sabías que hasta un 40% de personas sin dolor de hombro pueden presentar alteraciones en el tendón supraespinoso d similares a los de la tendinopatía? ¿Sorprendido/a? Lee esta entrada para saber más al respecto.

Hallazgos de imagen en personas sin dolor

Para interpretar los resultados de una ecografía debemos de partir del hecho de que existen una imagen «normal» de los tejidos, para así poder diferenciar cuándo los cambien en dicha imagen están relacionado con los síntomas del paciente y que no. Esto, que puede parecer una tarea sencilla, no lo es en absoluto. Una imagen ecográfica sugerente de patología puede ser completamente normal y no estar relacionada con ningún síntoma dependiendo de qué hiciste el día anterior. Si, por ejemplo, fuiste a entrenar es muy posible que te diagnostiquen de derrame articular o enteritis (inflamación de la inserción del tendón). ¿Cómo es esto posible? Te lo explico a continuación.

El contexto temporal en la ecografía en fisioterapia influye sobre los resultados

En el siguiente artículo se evaluaron 51 individuos sanos y asintomáticos a través de ecografía en más de 40 articulaciones corporales de miembro inferior y superior. La evaluación se realizó antes, a las 24 y a las 48 horas de la realización de un entrenamiento de fuerza “fullbody”. Sorprendentemente, se observó hiperperfusión en alguna entesis en el 57% de los sujetos y derrame articular en el 94,12% de los mismos. La media de articulaciones con derrame pasó de 1,49 en el punto basal, a 2,82 a las 24 horas y a 4,16 a las 48 h. Además, se encontraron anormalidades tendinosas en el bíceps y derrame en la bursa retrocalcánea en el 47 y 21 % de los sujetos respectivamente a las 48 h del entrenamiento de fuerza. 

Otro de los hallazgos interesantes del estudio es que los cambios en la entesis se vieron menos acentuados en aquellos sujetos que estaban más en forma, lo que nos sugiere que la entesis tendinosa es una estructura que se adapta al nivel regular de actividad física y responde a cambios en el nivel de la misma, sugiriendo un proceso de habituación en aquellos altamente entrenados.

Número de articulaciones con derrame por individuo al inicio del estudio, después de 24 y 48 h.

Complejidad en la interpretación de la ecografía en fisioterapia

En otro interesante estudio se evaluaron los hombros a través de ecografía de 51 varones asintomáticos con edad entre 40 y 70 años que. Se realizaron las evaluaciones en 5 localizaciones del hombro (manguito rotador, tendón largo del bíceps, bursa subacromial, articulación acromioclavicular y el labrum posterior).

Los resultados fueron evaluados por 3 radiólogos en consenso y se encontraron anormalidades en el 96% de los sujetos evaluados. Un 65% mostraban artrosis acromioclavicular, tendinosis del supraespinosos y en el subescapular en el 39% y 25% de los sujetos respectivamente. Además, se observaron roturas parciales del supraespinoso en el 22% de los casos y anormalidades en el labrum posterior en el 14% de los mismos.

Imagen de un varón de 61 años con desgarro del supraespinoso asintomático de espesor total.

Prevalencia de hallazgos ecográficos de hombro asintomáticos.

Conclusiones

Si eres fisioterapeuta y quieres emplear la ecografía en la valoración de tus pacientes es importante que tengas en cuenta el contexto que rodea a la persona y a la prueba. Algunas preguntas relevantes a la hora de interpretar los resultados serían las siguientes: ¿Cuáles son sus niveles de actividad? ¿Realiza entrenamiento de fuerza? ¿Cuándo fue la última vez que entrenó? ¿Es común este hallazgo en personas asintomáticas? ¿Qué edad tiene el paciente?

Además, en el caso de una persona sedentaria, cabe la posibilidad que un pico de actividad (ruta de senderismo, mudanza, sesión de deporte aislada…), facilite la aparición de estos cambios, que pueden ser completamente asintomáticos, y que en una prueba de imagen nos pueden llevar a una malinterpretación de cuál es la causa del problema (y la fragilización de la persona en consecuencia).