El síndrome del piramidal es uno de los diagnósticos más escuchados dentro de las consultas de fisioterapia, siendo el «culpable» de muchos episodios de dolor persistente situados en la zona glútea. Este síndrome parte de la hipótesis de que la compresión del nervio ciático por parte del músculo piramidal es la génesis del problema. En base a ello, el tratamiento de fisioterapia clásico busca “disminuir” la compresión a través de la “relajación” del músculo. ¿Es esto posible? Hoy te contamos que hay de mito y de realidad sobre el síndrome piramidal.

¿Cuándo y por qué empezó diagnosticarse el síndrome del piramidal?

Esta hipótesis fue propuesta en primer lugar por Freiberg y Vinke en la década de los 30, basándose en un análogo del miembro superior, el plexo braquial y el síndrome del desfiladero torácico. Se hipotetiza que el músculo piramidal podría generar ciática. A pesar de que a día de hoy no existen criterios diagnósticos, se han propuesto los siguientes criterios clínicos

  1. Dolor glúteo.
  2. Dolor a la palpación profunda en el glúteo.
  3. Empeoramiento del dolor en sedestación prolongada.
  4. Estiramiento pasivo o contracción resistida agravan.

A pesar de lo frecuente de estos criterios clínicos, estos se dan también ante un dolor radicular y podrían ser explicados por una irritación y mecanosensibilidad del nervio ciático, más que por una compresión aguda por el piramidal.

Uno de los argumentos a favor de la existencia de este síndrome es la efectividad de la infiltración de anestésicos locales en la zona, generando una mejora significativa del dolor. Sin embargo, ya en 1996, North y su equipo demostraron la poca especificidad de los efectos de la infiltración de anestésico local. Comprobaron la mejora significativa de los síntomas de pacientes con hernia lumbar por infiltración de anestésico local en la zona del piramidal.

Criterios diagnósticos para la sospecha de daño en el nervio ciático

Aunque el síndrome del piramidal es un diagnóstico frecuente, sorprendentemente no tiene criterios diagnósticos bien definidos estando basado en estudios de series de caso de baja calidad metodológica y en revisiones de la literatura. A día de hoy sabemos cuáles son las características de una verdadera compresión de un nervio periférico, lo que se conoce como neuropraxia. Además, existen criterios ya definidos para el nervio ciático:

  • Daño observable a través de prueba de imagen en el recorrido del ciático
  • Cambios en la velocidad de conducción a través de electromiografía.
  • No afectación de la musculatura paraespinales.
  • No lesiones masivas
  • La exploración quirúrgica demuestra compresión y la posterior descompresión genera un alivio prolongado de los síntomas. 

Síndrome del glúteo profundo, ¿es lo mismo que el síndrome del piramidal?

En los últimos años ha surgido el término “síndrome glúteo profundo”, añadiendo el resto de musculatura pelvitrocantérea a la ecuación. Sin embargo, teniendo en cuenta cuáles deberían ser los criterios diagnósticos, estos síndromes de «atrapamiento» pasan de ser extremadamente comunes a extremadamente raros, algo similar a lo que sucede con el “síndrome del desfiladero torácico” en la extremidad superior.

Conclusiones

En primer lugar, si el fisioterapeuta no encuentra evidencias de compresión nerviosa (neuropraxia), no podrá saber si se trata de un verdadero “síndrome piramidal”, existiendo más entidades que pueden mimetizar los criterios clínicos expuestos en primer lugar, y cuyos tratamientos pueden ser muy distintos. 

Por otro lado, de ser un verdadero síndrome compresivo, deberá ser derivado al médico/a para poder recibir el tratamiento adecuado. Esto no quiere decir que el fisioterapeuta no pueda ayudar al paciente que presenta dichos síntomas, se podrá mejorar la funcionalidad y sintomatología a través de la educación, el ejercicio físico y algunas técnicas coadyuvantes (ej. terapia manual).