La seguridad del entrenamiento oclusivo depende principalmente del profesional (fisioterapeuta, entrenador o readaptador) que lo utiliza. Puesto que es el profesional quien decide cuándo, cómo y con quién aplicar el entrenamiento oclusivo. Si no se aplica de forma correcta el entrenamiento oclusivo, se producirán efectos negativos o adversos sobre la salud. Por ello, en esta entrada vamos a revisar cuáles son los efectos adversos más comunes con el entrenamiento oclusivo, por qué se producen y cómo podemos prevenirlos o evitarlos
¿Cuáles son los efectos adversos del entrenamiento oclusivo?
El entrenamiento oclusivo o con restricción del flujo sanguíneo (blood flow restriction training) es una herramienta que lleva utilizándose en Japón desde los años 60-70. Durante todo este tiempo, se ha aplicado entrenamiento oclusivo a miles y miles de personas con el objetivo de mejorar su fuerza, masa muscular, funcionalidad, salud general y calidad de vida.
En 2006 se realizó el primer estudio científico a gran escala para conocer la seguridad del entrenamiento oclusivo o kaatsu (término en japones para referirse a este tipo de terapia) en 150 centros sanitarios del país nipón (Nakajima T et al, 2006). Tras analizar su uso en más de 12.000 personas, la incidencia de efectos secundarios graves fue la siguiente: trombo venoso (0,055%), embolia pulmonar (0,008%) y rabdomiólisis (0,008%).
En 2019, Moisés Picón Martínez, compañero y colaborador en mi libro sobre entrenamiento oclusivo llevó a cabo un estudio sobre la seguridad del entrenamiento oclusivo en España (Picón-Martínez M et al, 2019). En su estudió se concluyó que el dolor muscular de inicio tardío (delayed onset muscle soreness o DOMS), y el entumecimiento y/o prurito fueron los dos efectos secundarios más reflejados por los profesionales que lo utilizan.
Los resultados científicos indican que el entrenamiento oclusivo es una estrategia de entrenamiento segura y eficaz que puede ser utilizada por un rango poblacional amplio, incluido con población clínica.
¿Por qué se producen los efectos adversos o secundarios con el entrenamiento oclusivo?
Aunque la incidencia de los efectos secundarios con la aplicación del entrenamiento oclusivo es muy muy baja, no podemos olvidar que existe cierta probabilidad de que ocurran. Además, recuerda que las personas que han sufrido una lesión o que tienen alguna patología que dificulta su participación en el entrenamiento convencional forman una de las poblaciones principales donde se aplica el entrenamiento oclusivo. Si quieres saber más sobre los efectos sobre estas poblaciones, no olvide leer esta entrada.
Por tanto, como el entrenamiento oclusivo se aplica con gran frecuencia en poblaciones que han visto disminuida su estado de salud, es especialmente relevante que sepamos por qué se producen. Justo debajo te dejo las 3 razones más comunes que aumentan el riesgo de aparición de efectos adversos con el entrenamiento oclusivo.
Cribaje Erróneo
La aplicación del entrenamiento oclusivo de personas que presentan contraindicaciones puede aumentar el riesgo de aparición de efectos adversos (Kacin A et al, 2015)
Dispositivos Inadecuados
Los manguitos manuales o los dispositivos automáticos son la mejor elección para aplicar entrenamiento oclusivo, no así las bandas o straps (Vopat B.G et al, 2020)
Aplicación Incorrecta
La prescripción errónea de la presión y/o del ejercicio en el entrenamiento oclusivo aumentará el riesgo de sufrir alguno de los efectos adversos descritos (Murray J et al, 2020)
¿Cómo evitar que se produzcan efectos adversos o secundarios con entrenamiento oclusivo?
Si llevas leyendo mis entradas en este blog durante algún tiempo, seguro que te has percatado de mi constante lucha contra ciertas prácticas médicas (ej. cirugías, infiltraciones…) que han demostrados no reportar beneficios sobre su simulación o placebo (Louw A et al, 2017; Harris I.A et al, 2020). Sin embargo, soy consciente de que en mi ámbito profesional (fisioterapia, entrenamiento y readaptación) hay cosas hacemos mal y que debemos de empezar a cambiar.
En primer lugar, si defendemos los beneficios del ejercicio físico sobre la salud, nos deberíamos de obligar a hacernos responsables de su uso. Seguro que habéis escuchado la frase «exercise is medicine». Pues bien, con el ejercicio, al igual que con los fármacos, una dosis incorrecta tendrá efectos nocivos sobre la salud de las personas que acuden a nosotros buscando ayuda.
En todas mis formaciones doy la clave para evitar la aparición de efectos adversos y promover los beneficios del ejercicio físico, y en esta ocasión, nos sirve de igual forma con el entrenamiento oclusivo.
Relación del entrenamiento oclusivo y el modelo biopsicosocial
Desde la valoración al tratamiento, todo debe estar individualizado. No podemos dar recetas genéricas, pues estas no se adaptan a las características y necesidades de las personas que acuden a clínica cada día.
El mismo ejercicio durante la sesión de rehabilitación, readaptación o entrenamiento tendrá efectos muy distintos en cada persona. Puede que sean positivos o puede que no, dependiente de los factores que determinan la tolerancia a la carga en ese momento específico de nuestro paciente.
La valoración nos permite conocer cuales son los umbrales que debemos de alcanzar para obtener adaptaciones positivas con el entrenamiento oclusivo. Además de aquellos límites que no debemos de superar para prevenir la aparición de efectos adversos o nocivos sobre la salud.
Tanto si la personas tiene dolor (Quintner J.L et al, 2008) y/o si padece alguna lesión o patología (Wade D.T et al, 2017), siempre debemos de basar todas nuestras intervenciones en el modelo biopsicosocial dinámico de salud (Lehman B et al, 2017).
Por tanto, la aplicación del entrenamiento oclusivo siempre debe de ser específica de las características únicas de la persona que acude a nosotros en busca de ayuda. Los valores de presión y la carga de ejercicio serán completamente individuales. No hay recetas, pautas o guías generales. Recuerda que «la clave del éxito está en la individualización de su aplicación».